Al director de La caza, Elisa, vida mía, Cría cuervos o Deprisa, deprisa le suceden ya tres generaciones, si no cuatro, de cineastas. Sus películas, al menos las de su primera etapa, han cobrado categoría de culto y son reivindicadas como muestras de un cine ejemplar, recio y austero, una impresión que puede darse por buena siempre y cuando pongamos en cuarentena algunos de sus experimentos más suntuosos.
↧